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Felicidades a las mujeres del mundo entero

Compartimos historia..
Mujeres que cambiaron el mundo, innovadoras..

En la década del 60 Margaret Hamilton que con 24 años y con una licenciatura en matemáticas, decidió trabajar como programadora en MIT, trabajo que la llevaría a trabajar en NASA, a “escribir” el programa que hizo posible los alunizajes, e incluso más allá: a inventar el concepto moderno de software.

Mientras trabajaba para MIT, los EE.UU deciden poner en marcha el programa Apolo que llevaría el hombre a la Luna. NASA le asigna el trabajo de “escribir” el código al laboratorio de Margaret.

El software era la manera cómo los EE.UU. iban a ganar la carrera hacia la luna, y al final resultó que, por supuesto, el software iba a ayudar a cambiar el mundo de muchas otras formas. Margaret y sus colegas estaban programando la nave espacial Apolo, pero también estaban creando lo que se convertiría en una industria de $ 400 mil millones.

Los sistemas de navegación automática, que son los precursores del “piloto automático” actual, desarrollados en MIT ayudaron efectivamente a la misión Apolo. Sin él, Neil Armstrong no hubiera llegado a la luna. Y sin el software escrito por Hamilton, Eyles, y el equipo de ingenieros del MIT, la misión habría sido un fracaso.

Esto quedó claro el 20 de julio de 1969, pocos minutos antes de que el Apolo 11 aterrizara en el Mar de la Tranquilidad. Debido a lo que el ingeniero de software del Apolo, Don Eyles ha denominado un «error de documentación», el equipo de Apolo comenzó a soltar preocupantes mensajes de error durante esta fase crítica de la misión. Sin embargo es aquí donde los argumentos técnicos ganados por Hamilton y su equipo salvaron el día. Los mensajes de error aparecieron porque el equipo estaba siendo sobrecargado, ocupado haciendo una serie de cálculos innecesarios cuando, en realidad, solo debía ocuparse de aterrizar el módulo en la superficie de la luna.

Después de terminado el proyecto Apolo, Margaret pasó al sector privado y eventualmente fundó su propia empresa Hamilton Technologies, que se encuentra a pocas cuadras de MIT el lugar donde comenzó su aventura personal que cambiaría para siempre la historia de la humanidad.